jueves, 21 de febrero de 2008

Fanatismo absurdo


El fanatismo nos lleva a tomar decisiones absurdas. El fanatismo nos arrastra a ser necios, a idealizar emblemas, a idolatrar falsos ídolos como los barras y hasta pasar de héroes a antihéroes en un parpadeo por obra de una acción. En el fútbol se habla de fanatismo como una virtud, cuando es cuanto menos un defecto.
Sin llegar a puntos extremos, que abundan en nuestro fútbol, como lo es matar por que el otro es de un club diferente o porque nuestro equipo cayó derrotado y la impotencia tiene que ser canalizada a través de la violencia, el fanatismo se manifiesta con insultos, aprietes y cantos racistas.
Deberían “agradecerles” los hinchas de Gimnasia La Plata a los fanáticos del mismo equipo. Deberían “agradecerles” por apretar a Luciano Leguizamón y obligarlo a irse de un equipo que roza la mediocridad y lejos está de ser el subcampeón de 2005, por el sólo hecho de cambiarse la camiseta con Juan Sebastián Verón. Porque el Lobo no está en condiciones de darse el lujo de prescindir de un jugador así por un gesto que más que alentar la violencia, tiene ribetes más parecidos al pacifismo.
Deberían “agradecerles” los hinchas de Arsenal a ese grupo de ineptos que provocaron el alejamiento de un gran jugador que está dando que hablar en base a grandes actuaciones y perlitas que sellaron victorias importantes.
Agradezcan hinchas de Arsenal, y sufran hinchas triperos, porque mientras el fanatismo perdure cosas como estas pasarán y el fútbol quedará de lado, dando paso a actos estúpidos que atentan contra la cultura que tantas alegrías genera.

martes, 12 de febrero de 2008

Otro tropezón, la misma piedra

“Nada me han enseñado los años, siempre caigo en los mismos errores”, cantaba el músico Andrés Calamaro hace varios años. Hoy, sin una voz tan triste como la de Calamaro, pero con la tristeza que implica que Independiente no gane hace ocho partidos, su técnico, Pedro Troglio, podría esbozar la misma frase.
Troglio había reconocido después de las derrotas frente a San Lorenzo y Estudiantes –en el torneo pasado- que, cuando su equipo estuvo en desventaja, se equivocó con los cambios y, pensando en ser más ofensivo, provocó desorden e hizo que Independiente casi no se arrimara al área del rival.
En el arranque de este Clausura, después de un mes de pretemporada en la que “Peter” no se cansó de repetir que contar con el mismo plantel de la temporada pasada era una ventaja, nada cambió. El “Rojo” perdió ante Lanús por 1 a 0, y en el segundo tiempo los fantasmas de Troglio aparecieron de nuevo: Diego Churín a la cancha, y otra vez a tirar pelotazos. ¿Algo cambió? Si, Lanús tendría que haber marcado dos o tres goles más.
Más allá del error que pudo haber sido armar una defensa con tres defensores frente al equipo que mejor juega en Argentina, lo más preocupante es que las falencias se repiten y Troglio, que las detecta y las analiza, siempre cae en los mismos errores.


Escrito por Matías Scilabra, estudiante de Deportea

lunes, 11 de febrero de 2008

¿Goleador yo?


El murmullo estaba al caer; la incertidumbre rociaba el césped del Monumental y el 0-0 parecía estar lejos de ser quebrado. River, a pesar de contar con cuatro atacantes de calidad, no había si quiera incomodado al arco que defendía Valdiviezo. El circuito de fútbol entre el mediocampo y los delanteros estaba prácticamente desconectado, y un par de llegadas de los jujeños de Gimnasia había provocado un cierto malestar en el ambiente.
Parecía que el debut del Cholo iba a ser como el de su colega y ex compañero en Vélez, Carlos Ischia. Sin embargo, cuando todo parecía, un genial tiro libre de Abelairas encausó la tardecita millonaria y aquietó las aguas de un equipo que no encontraba respuestas. El “Pitu” burló al destino, ese mismo que supo amenazar su permanecía en el club de Núñez cuando la era Simeone lo puso en duda; ese mismo que de no ser por la sanción de Ponzio lo hubiese dejado viendo el partido desde el banco de suplentes; ese mismo que ayer le guiño el ojo en forma de tiro libre y le dijo: “Esta es tu oportunidad, no la desaproveches y demostrá que estás a la altura de un plantel repleto de millonarias figuras”. Abelairas se paró con guapeza y una aire altanero frente a la pelota, se jactó de la presencia de Ortega y acató la orden del destino. Su remate fue al palo del arquero y al traspasar la línea de meta y estamparse contra la red, se transformó en el delirio de miles de fanáticos riverplatenses y en la certeza de que el volante de 22 años está para pelear un lugar palmo a palmo en el mediocampo del esquema del Cholo; sí ese mismo que alguna vez lo estuvo a punto de marginar.

sábado, 9 de febrero de 2008

El nuevo esquema de Ramón


Llamó la atención verlo a Andrés Silvera solo arriba, paradito entre dos verdaderas torres como Rolando Schiavi y Nicolás Spolli, interpretando un especie de dramaturgo contemporáneo del “Llanero Solitario”, con menos éxito, obviamente, que el personaje mitad cowboy mitad héroe.
Sorprendió Ramón Díaz con un sistema atípico, quizás poco audaz, con cinco volantes (sólo dos de ellos netamente ofensivos: Daniel Bilos y Diego Ribero) y con el mencionado Silvera como única opción en la delantera. Sorprendió porque el técnico de San Lorenzo es un ganador neto, y el ataque es su debilidad. Sorprendió porque en los cinco partidos que los de Boedo disputaron en la pretemporada el sistema unánime que se vio en cancha fue el famoso 4-4-2; con variantes en el ataque: Romeo-Claudio Acosta, Menseguez-Silvera, Romeo-Menseguez y Silvera-Romeo: es más, sólo en dos oportunidades el “Pelado” repitió la dupla de ataque y lo hizo con Menseguez-Romeo, ambas veces ante Independiente. Vale destacar que San Lorenzo no obtuvo victorias en sus cinco presentaciones de verano: dos derrotas y tres empates.
Un punto a favor para Ramón Díaz fue la temprana expulsión de Jorge Ortiz, que probablemente haya sido el desencadenante del fracaso del flamante esquema. Por cierto, fue preocupante la poca llegada al arco rival, a pesar de que el "Pelado" haya mandado en el ocaso del partido a Romeo y a Menseguez para que acompañen al "Cuqui".
La gente silbó al equipo en un pésimo arranque del Ciclón en el año de su centenario. Ramón por lo pronto deberá rever el sistema y aceitarlo para el próximo encuentro copero ante el Caracas que supo amargar a River en la edición Libertadora pasada. Ah…podrá contar con dos engranajes nuevos: Andrés D’Alessandro y Gonzalo Bergessio, nada menos.

jueves, 7 de febrero de 2008

Harto y cansado; vuelve el fútbol

Harto y cansado de que los dirigentes se aprovechen de la pasión del hincha y se atrevan a golpearle los bolsillos como si no pasará nada ante el visto bueno de la AFA.
Harto y cansado de esperar los domingos en vano, para tener que conformarme con un insípido Villareal-Levante, o un Udienese-Lazio. Harto y cansado de bancarme un bodrio de verano en el cual no hay nada en juego y el fútbol parece un espectador ausente del marco que los veraneantes se esfuerzan en poner, con la inocente intención de ver a un Riquelme, o un Rolfi Montenegro; inocente porque los Ischia y los Troglio, con justa certeza, no arriesgan demasiado y destronan ilusiones mandando a cancha a un Dátolo, o a un “Patito” Rodríguez.
En fin, la abstinencia del fútbol argentino, sí ese mismo que solemos criticar a diario, es dura y difícil de sobrellevar. A tantos de nosotros los fines de semana nos resultan insípidos y el domingo tiene una ración extra de la tristeza y melancolía que suele tener ese día que antecede a la semana laboral o estudiantil, depende el caso.
A horas del inicio del Clausura las emociones atrapan al hincha fiel del fútbol; a tal punto de consumir un San Martín de San Juan-Olimpo como si fuese la final de la Champions League. Suele suceder que la imperante voluntad con la que uno se dedica a seguir la fecha íntegra del campeonato es inversamente proporcional al transcurso de la misma; será tal vez porque en determinado punto los equipos que andan bien en la Copa Libertadores se abocan a la misma y dejan de lado el certamen local; o quizá sea que al haber una emigración constante, los jugadores de acá no cumplan las expectativas que sí cumplían los jugadores que ahora son de allá.
En fin, los argentinos somos consumistas natos de esta religión que solemos enarbolar como los mejores; ni la imprudente Asociación del Fútbol Argentino, con el altanero Julio Grondona al mando; ni la inescrupulosidad de los encargados de la televisación podrán detener esta pasión, esta algarabía que genera un simple partido en los argentinos. Es cierto, estamos hartos y cansados de los malos manejos y los importunios, pero así y todo seguiremos siendo consumistas de esta adicción cada vez más letal y sabrosa: el fútbol argentino.