miércoles, 4 de agosto de 2010

jueves, 15 de mayo de 2008

Mi amigo el periodista

Se podría definir al periodista como gente que le cuenta a la gente lo que le pasa a la gente. Ahora bien, el periodista hoy en día suele confundir su rol y cambia de lugar, queriendo pasar a ser la gente que realiza la acción y no la gente que la cuenta. Para ser más claro: el periodista quiere ser el protagonista en un medio en el cual debe pasar desapercibido.

El martes pasado tuve la oportunidad de estar en el entrenamiento matutino de San Lorenzo en Ciudad Deportiva y me llevé una gran decepción al ver a los periodistas televisivos, en mayor medida, y radiales haciéndose los amigos de los jugadores para intentar sacar ventaja sobre sus colegas y poder conseguir una exclusiva. O hasta incluso da para pensar que lo hacían por el simple hecho de querer sentirse “amigos” o partícipes en un ambiente de glamour al cual todos ellos aspiran a estar para sentirse importantes.

Si esto último es el motor que los lleva a parar a los jugadores cuando se están yendo del entrenamiento en sus autos de lujos para intercambiar una palabra o un gesto cómplice, creo que estos “periodistas” deberían replantearse su vocación. El periodista se forma para informar a la gente de temas de interés. Si una persona que se cree periodista tiene que interponer el amiguismo para poder contar lo que pasa, estamos entrando en un grave problema y además de ser malos periodistas pasamos a ser malos colegas. ¿Por qué malos colegas? Porque no todos son falsos y no todos tienen la necesidad de que una “estrella” de fútbol los salude para no volver frustrados a sus hogares. El problema es que estos últimos, por seguir su verdadera vocación, probablemente se pierdan “la exclusiva” por el simple hecho de que el amiguismo de los otros está tan de moda que hasta los jugadores ya lo aceptaron.

martes, 6 de mayo de 2008

Autodefensa


El habla es un modo de comunicación que inventó, descubrió, desarrolló o simplemente adquirió el hombre con el fin de transmitir al otro una idea que era necesaria ser sabida. Hoy en día, el habla se ha convertido en un modo de defensa, de excusa; un recurso que es muchas veces explotado de manera innecesaria por interlocutores que abusan del poder y de la masificación de los medios.

Cuando el presidente de Boca, Pedro Pompilio, salió a decir, luego de la derrota ante San Lorenzo por el torneo local, que “el equipo había sido Light” ¿Cuál era el verdadero fin? ¿Advertir a los hinchas sobre la falta de actitud del plantel o llamarles la atención a los jugadores? La respuesta es: depende. ¿Y de qué depende se preguntará usted? Y depende de la mecánica que mueve al fútbol-negocio...los resultados. Boca redondeó una buena semana con victorias ante Cruzerio y River. Entonces el depende se inclina para el lado de que las declaraciones de Pompilio fueron un alerta a los jugadores, y que las mismas actuaron como un baldazo de agua fría que despertó al plantel.

Ahora bien, si en el caso hipotético de que Boca hubiese perdido ante Cruzeiro y/o River, las palabras del Presidente xeneize habrían sido manipuladas con otro fin: la justificación (Yo avisé que este equipo era light).

La deducción a todo esto es que Pedro Pompilio, en un mal momento, optó por auto imponerse un mecanismo de defensa en vez de salir a respaldar a Ischia y a los jugadores. Conclusión: Habló por hablar, y le salió bien ¿le salió bien?

sábado, 3 de mayo de 2008

El de siempre

Un mocoso. Un chico de barrio. Un pobrecito. Un negrito de la villa. Un sin vergüenza. Un humilde. Una bestia. Un crack. Un argentino. Un pibe. Un hombre .

Ese mocoso…que jugaba a la pelota en Fuerte Apache. Ese chico de barrio… que llegó a All Boys con muchas ganas de jugar a la pelota. Ese pobrecito… que cumplió su sueño: jugar con ella en Boca. Ese negrito de la villa... que lloró cuando tuvo que dejar su equipo. Ese sin vergüenza… que enamoró a todo San Pablo y fue elegido el mejor del Brasileirao jugando para el Corinthians. Ese humilde… que desde cualquier parte del mundo siguió siendo amigo de sus amigos y no dejó su génesis ni su cumbia. Esa bestia… que con un toque sutíl en la final le dio la medalla dorada a la Selección Nacional en Los Juegos Olímpicos de Atenas. Ese crack… que llegó a Inglaterra y salvó al West Ham del descenso. Ese argentino… que ilusiona al Manchester United con la Liga Premier y la Champions League. Ese pibe… que no deja lugar al odio entre argentinos e ingleses y su nombre o el ya famoso “¡Argentino, Argentino!” es costumbre en las gradas del mítico Old Trafford. Ese hombre... que une a bosteros con gallinas y es tema de conversación entre simpatizantes sin importar los colores que pintan su interior. Ni más ni menos… Ese es Carlos Tévez. El de siempre.