viernes, 21 de marzo de 2008

Perla negra

El mejor jugador del fútbol argentino. Un distinto. El alma del equipo. Un ídolo del club. Un habilidoso capaz de ganar un partido él sólo. Un hombre de Selección. Un crack.

Estas apreciaciones eran habituales a la hora de describir a Andrés D’Alessandro en la temporada 2002/03 cuando vestía la camiseta de River Plate. Hoy, después de su paso por Europa, se hace difícil creer que el 10 de San Lorenzo es la misma persona que inventó la famosa “boba”.

Las razones son complicadas de descubrir ya que la intención de jogo bonito la sigue teniendo. Dicen, que las mañas que se aprenden de chico no se pierden jamás. D’Alessandro mantiene esa base de jugar por el piso, de evitar el pelotazo desesperado, de recibir el balón y buscarle un destino productivo.

¿Será que Andrés es perla de otro collar en el equipo de Ramón? El viernes por la noche, en el inicio de la séptima fecha, El Cabezón no brilló en el Viaducto de Sarandí. Arrancó como enlace pero la pelota no llegaba a sus pies. A los 12 minutos de la etapa inicial, se paró a la derecha para poder preocupar a Espínola. Luego, se ubicó junto a Juan Manuel Torres en el centro del campo para tener participación y comandar el ataque de San Lorenzo. Nada dio resultado. La presencia en cancha de D’Alessandro fue casi una sombra y no encontró un lugar donde la pelota le llegue redonda. Fue sustituido por Daniel Bilos a los 27 minutos del segundo tiempo y El Ciclón ganó el partido.

Si volvemos en el tiempo, no muy lejano, vamos a ver que Ramón Díaz obtuvo el Clausura 2007 jugando con dos líneas de cuatro y dos delanteros o, en su defecto, con un 4-3-3. Pero la idea de un enganche fijo no prevalecía en el San Lorenzo campeón. Ahora el equipo es otro: No está la Gata Fernández, ni el Pocho Lavezzi. Claro, que sabiendo lo que puede dar el ex River sería muy atrevido de parte del entrenador dejarlo afuera. De todas maneras, el equipo no funciona.

¿D’Alessandro es sapo de otro pozo en el Cuervo? ¿No tiene suerte­? ¿Está viejo? ¿Le pesa la responsabilidad? ¿Andaría mejor en otro equipo? ¿El equipo sigue una ideología diferente a la de él?...Lo importante es que El Cabezón, de fútbol, sabe mucho, no hay dudas que tiene matices diferentes y tiene cuerda como para que nuestros ojos puedan volver a apreciar de “su” buen juego.

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